“Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo”, dice el viejo refrán y los ingleses se lo toman muy en serio. Lo llaman Full English Breakfast porque incluye todo lo que puedas imaginar y más. También es conocido como fry up ya que la mayoría de sus ingredientes son fritos. Los infaltables son salchichas, huevos fritos, pan frito, panceta, porotos y tomates cocidos, acompañados de una taza de café o té, of course. En algunas regiones también se añade morcilla y hongos fritos.
El origen del famoso desayuno inglés se remonta al siglo XIII y se fue transmitiendo de generación en generación, siendo uno de los platos tradicionales más antiguos de la historia de Inglaterra. En aquel entonces, un desayuno de esta grandeza se consideraba un lujo y, por lo tanto, estaba reservado solo para los más ricos de la sociedad. La mayoría debía conformarse con avena, cerveza y pan.
En esta época existía en Reino Unido una clase social llamada gentry que estaba formada por familiares de la nobleza que, aunque poseían una gran educación y riqueza, no tenían ningún título. Vivían en grandes casas en el campo y solían organizar eventos sociales como cacerías. Para demostrar su poder adquisitivo, agasajaban a sus inviados con imponentes desayunos. Hicieron del desayuno un importante evento social, siendo su oportunidad de demostrar su riqueza, buen gusto y clase social.
Con la llegada de la Revolución Industrial el desayuno inglés fue ganando popularidad en todo el país. Esta comida siguió siendo una tradición esencial para las clases adineradas, quienes estandarizaron sus ingredientes. Con el correr del tiempo, las clases trabajadoras comenzaron a comer este plato regularmente como la comida más importante del día para conseguir la energía necesaria antes un día de trabajo pesado. Así, algo que comenzó como una tradición y un lujo de las clases más adineradas, fue ganando popularidad en todo el país.