Junto con el té y los escones, el fish and chips se ha convertido en un símbolo de la gastronomía británica. Pero, ¿de dónde viene este plato? Vamos a rastrear sus orígenes y relevancia a lo largo del tiempo.
Como su nombre lo indica, fish and chips se trata de un plato compuesto por pescado frito rebozado y acompañado por clásicas papas fritas. Curiosamente, ninguno de sus dos ingredientes principales son provenientes de tierras inglesas. Los orígenes de este plato son en realidad el resultado de la inmigración del sigo XV. La llegada de los judíos a Inglaterra trajo consigo el gusto por el pescado frito, quienes solían elaborar este plato los viernes para comerlo en Sabbat. Este ritual, que tiene lugar cada sábado, implica abstención de tareas manuales y reflexión. Dado que no se permite cocinar en estos días de descanso, el rebozado les servía para conservar el pescado y poder disfrutarlo frío sin sacrificar demasiado el sabor al día siguiente. Aunque no está claro cómo se fusionó con las papas fritas, con el tiempo se convirtió en un plato esencial en toda Inglaterra.
Pero la resistencia del entonces popular fish and chips se puso a prueba durante las guerras mundiales, cuando la producción militar y la interrupción de las cadenas de suministro dificultaron la obtención de muchos alimentos y otros artículos de primera necesidad. Para asegurar que todos tuvieran acceso justo a estos recursos escasos, el gobierno británico implementó el racionamiento, inicialmente afectando al combustible y luego extendiéndose a productos como huevos, azúcar y mermelada. Sin embargo, el fish and chips se mantuvo intocable. Este plato ya era popular en el Reino Unido y el primer ministro de ese entonces, Winston Churchill, lo elogió como los “buenos compañeros” en tiempos difíciles. Temiendo un descontento generalizado, el gobierno optó por no racionar este plato. No solo alimentaba cuerpos cansados, sino que también preservaba la moral de la población.
Posteriormente, una vez finalizadas las guerras mundiales, la venta de fish and chips se expandió enormemente para satisfacer las necesidades de la creciente población industrial de Gran Bretaña, conquistando el corazón de las clases obreras. Cerca de las fábricas se empezaron a instalar numerosos piuestos de fish and chips, cariñosamente conocidos como chippies, y este plato se transformó en un fast food que permitía saciar el hambre para continuar con la agotadora jornada laboral.
Hoy en día, se sirve en lujosos restaurantes, puestos de comida callejera e incluso carritos en la playa. Su rol fundamental en la historia británica lo convirtieron en un plato querido que ha resistido la prueba del tiempo.
